La verificación de sostenibilidad se ha convertido en una obligación para muchas empresas desde la entrada en vigor de la Ley 11/2018, que exige la presentación del Estado de Información No Financiera (EINF). Pero más allá del cumplimiento normativo, verificar tu sostenibilidad es una oportunidad para mejorar la reputación corporativa, generar confianza y aportar valor real a tu negocio. En este artículo te explicamos qué implica la verificación de sostenibilidad, a quién afecta y por qué es clave contar con una experta independiente.
¿Qué es la verificación de sostenibilidad?
La verificación de sostenibilidad consiste en revisar y confirmar la veracidad de la información no financiera que una empresa publica, especialmente en lo relacionado con aspectos sociales, medioambientales, de derechos humanos, anticorrupción y personal. Este proceso garantiza que el contenido del EINF sea completo, fiable y elaborado conforme a los marcos de referencia exigidos por la normativa vigente.
A diferencia de un simple informe interno, esta verificación debe realizarla un profesional cualificado e independiente, capaz de emitir un juicio técnico y documentado sobre la calidad de la información reportada.
¿Qué exige la Ley 11/2018?
La Ley 11/2018 obliga a determinadas empresas a presentar un Estado de Información No Financiera. Los criterios principales son:
Tener más de 250 empleados.
Facturar más de 40 millones de euros.
Contar con activos superiores a 20 millones de euros.
Las empresas que cumplan estos criterios deben reportar información sobre su desempeño medioambiental, condiciones laborales, igualdad de género, derechos humanos, lucha contra la corrupción y relaciones con la comunidad.
Y lo más importante: esta información debe ser verificada externamente.
¿Por qué es importante la verificación de sostenibilidad?
Más allá de cumplir con la ley, verificar tu sostenibilidad aporta beneficios clave:
Confianza y credibilidad: Aporta solidez a los informes presentados ante inversores, bancos y otros grupos de interés.
Mejora la imagen corporativa: Comunicar tu compromiso con la sostenibilidad genera una percepción positiva y responsable.
Identificación de riesgos y oportunidades: El proceso de verificación ayuda a detectar áreas de mejora dentro de la empresa.
Ventaja competitiva: Las empresas con una estrategia ESG clara y verificada son más valoradas en el mercado.
¿Quién puede realizar una verificación de sostenibilidad?
La verificación debe ser realizada por un experto externo, independiente y con acreditada experiencia en auditoría y sostenibilidad. Elegir al profesional adecuado es clave para garantizar el rigor técnico del proceso y el cumplimiento efectivo de la Ley 11/2018.
Además, contar con una figura que entienda tanto el entorno regulatorio como las necesidades específicas de cada empresa permite adaptar el enfoque y aportar un mayor valor estratégico.
Cómo preparar tu empresa para la verificación
Recopila la información no financiera requerida (medio ambiente, personal, derechos humanos, etc.).
Define los indicadores clave y asegúrate de que estén respaldados por datos fiables.
Elabora el EINF conforme a los estándares establecidos (GRI, SASB, etc.).
Contacta con una profesional especializada que pueda realizar la verificación de manera independiente y rigurosa.
Conclusión
La verificación de sostenibilidad ya no es una opción para muchas empresas, sino una exigencia legal que puede convertirse en una poderosa herramienta de reputación y mejora continua. Cumplir con la Ley 11/2018 no solo evita sanciones, sino que abre la puerta a nuevas oportunidades de negocio, mayor transparencia y una gestión más responsable. Apostar por una verificación profesional es dar un paso adelante en el compromiso con el futuro.